Craziness beyond frontiers

Saturday, March 18, 2006

Desnudos y Muertos.

La siguiente es la publicaciòn no autorizada de los fragmentos de una "conversaciòn de barra" con un miembro de la disidencia guaymurense, a su decir: en el "auto destierro". La temàtica, parece girar en torno a su visiòn crìtica de un tiempo literario perdido, pero al parecer, no añorado. El bar y la ciudad del conversatorio es tan difuso como la mirada extraviada del mendicante, pero hemos de inferir que geogràficamente, no se trataba de un invierno europeo, pues sì algo queda en claro es que el tipo no adscribe a ninguna forma de oficialismo y por ende descartamos que haya sido alguna vez favorecido con el beneficio de una condiciòn diplomàtica, aunque quizà convendrìa, porque a borrachos lenguaraces como el susodicho, mas valdrìa "patrocinarles", para aquietarles el mal genio, o el resentimiento, o ambos.

No sé si me explico. "Los pobres…es imposible olvidarlos". O sea, lo que te quiero decir es que siguen siendo muchos. Claro, lo que sucede es que este país siempre ha dado mucho para lo panfletario. Ojo, yo no soy de mitificar a los que en un momento particular de nuestra historia – vos decime, por favor, ¿qué momento de una historia es más o menos particular que otro? -, supieron decir o escribir esto o aquello, porque la verdad, en lo literario, al tipo, no le encuentro ningún mérito especial -.

Como que es más fácil y cómodo subirse a la carreta de los que lo santificaron y lo elevaron a la categoría del gran vate provinciano. Luego, vamos tomándonos cafecitos acanelados todas las tardes del astío caribeño, sentados en nuestras ínfulas de intelectuales tropicales, y denostamos prejuiciosamente cualquier otra propuesta poética, novel o postrera, da lo mismo, que no responda a los cánones estilísticos sentenciados en ese poemita premiado con el tercer Adonis en el ´68. El tema es que como yo lo veo, nuestra poética es caduca, siempre lo ha sido, y en la medida en que sigan sacramentados los estandartes mitológicos de tipos como este, muy probablemente, lo seguirá siendo -.

La poesía de Norberto Rosa fue oficializada al punto de pasar a formar parte del baulaje folclórico-cultural del país. Un poco patético, porque el Adonis, a decir de Gutiérrez Roca, portavoz en el ’43 de la Biblioteca Utópica, fue concebido como un galardón antioficialista, pero por el otro lado consecuentemente sospechoso, si vemos la declarada tendencialidad del premio a abrir espacios a un pluralismo, entendido como el que también sabe apreciar obras de latitudes dispersas, y no solo las creaciones poéticas de autores peninsulares -.

Acordate también que Gutiérrez Roca supo ser amigo de Jiménez de Moguer, Nóbel del ’56, y no solo eso, posteriormente fue el editor de todas las conversaciones de sobremesa que durante 23 años de amistad mantuvieron. Por allí el Adonis se despegaría del pelotón de ciclistas rezagados que son los premios comerciales de menor categoría. La otra vez, me lo decía Gamero: "esta bien, ganaste este premio, decime quien te lo da y luego yo te digo que te ganaste". Gamero, un tipo muy disperso, pero de una lucidez tan delirante como etílica. Supo ser militante a su manera: militante de "estancos", hoy en dìa me parece que sigue en la militancia, pero màs "estanciera" que "estanquera", asì se han ìdo perdiendo tipos pensantes. Pero no me permitas a mí la dispersión. En lo que estamos -.

Mira, el tema de los premios da para mucho, ahora mismo los herederos de Rulfo están bastante enfadados por la manera en como ha terminado de comercializarse el premio avalado por la Fundación Rulfo, que viene siendo lo mismo que decir, con la manera en como el premio se ha convertido en instrumento para favorecer determinados intereses de comercialización literaria, o lo que es mas agudo, para favorecer intereses que en nada tienen que ver con la literatura. "El premio se ha convertido en botín de grupúsculos que sólo buscan el beneficio de sus propios intereses", fue el argumento mas suave que esgrimieron. Y es que galardonado, un tal Jiménez, en aras de congraciarse con uno de los jurados, anduvo diciendo que los arraigados debían congraciarse con los desarraigados y por allí también que Rulfo era un ignorante. Pero me parece que el tema de los premios nos aleja un poco de la motivación de esta charla: Norberto Rosa y la Poética en Guaymuras.

Sí, Norberto Rosa. Su poesía supo ser urgente, en un país donde todo es urgente, porque la principal urgencia de las gentes es prodigarse un bocado para pasar el día. Pero nada más, urgente en un microcosmos de urgencias. Lo otro es la trascendencia genuina de su obra y sus secuelas. Lee esto: "…iremos construyendo un sueño a piedra y lodo...", ò "...bajo un árbol, desnudos si es preciso, moriremos". Contestame algo: ¿se le puede condenar a la desnudez y muerte a un pueblo que nació y vive desnudo y muerto?, ¿no te parece de una redundancia necrofìlica? Lo otro, el desasosiego que esto engendra en el imaginario colectivo. O sea, lo que te estoy tratando de plantear es que en la poética del tipo si bien convergen en todos sus versificaciones, tanto la urgencia como las carencias de su entorno, también converge esa especie de entrega masificada a lo inevitable: desnudez y muerte. Mira lo peligroso que puede llegar a ser un discurso poético de este calibre. Claro, en su momento editorial, se lo supo eregir a la categoría de bastión de la denuncia pública. Pero si lo ves bien, en ese mismo momento, en una Guaymuras por demás militarizada, ese discurso es moralmente desmovilizador y favorece los intereses oligarquicos de siempre. Las huestes guaymurenses del hambre tienen su poesía del hambre, en la voz del tipo, pero lo que el tipo les dice es algo más o menos como: "estamos todos jodidos, nada que hacer"-.

Si, es difícil de rebatir nuestra condición de jodidos en Guaymuras. Por allí salís a conversarte un café con alguno en cualquier bar de Tepaztitlàn, y tenès que evitar que la conversación caiga en la rítmica del desasosiego y el fastidio, lo cual invariablemente sucedería si la temática se carga al lado de la condición guaymurense. La jodida condición guaymurense. Tampoco se trata de responsabilizar al tipo, a Rosa, pero fíjate que su poesía ha sido incidental en esto, y no solo incidental, insidiosa de sobra. ¿Por qué?, porque, extrapolando un poco las afirmaciones de Sinay del otro día, si bien los artistas son sensibles antenas que captan y reflejan los fenómenos sociales, también funcionan como puertas que se abren a espacios espirituales y emocionales de reflexión. Entonces, las responsabilidades sociales no son de diferente graduación cuando se las imputas a un politólogo, o a un astrólogo, o a la carga biogenética de un pueblo, dado el caso, que cuando toca examinar la cuota del artista.

Fijate, para el caso, lo que pasaba con este tipo y su influencia en otras manifestaciones artísticas, como la música. En otro tiempo, supo haber un movimiento musical joven, como siempre afortunadamente los habrá en todas partes, recuerdo yo, que cuando se trataba de pasar de las puestas en escena de "covers" rollingstoneanos, y dar el salto a la propuesta genuinamente local, los cipotes, con urgencias y carencias compositivas reales, optaban autómatamente por musicalizar poemas de Rosas. Con precisión recuerdo a una bandita, bastante transgresora, bastante punkie, los Embrollo, que musicalizaban poemas de Rosas.

Mira, anti-imperialistas éramos todos, porque formaba parte de la misma consigna vital: estar desnudos y muertos. Éramos pequeñas consignas pululando por callejuelas consignadas. Y luego, sí lo que me pedís es una cuota de ingenuidad política, entonces te diría que te remitas a los avales literarios en los Estados Unidos de Jeannette Márquez, mejor conocida como Margarita La Lorca, cuyos públicos desparpajos esquizoides fueron elevados a la categoría de hechos poéticos por el Middle Atlantic Council for American Studies de la American University de Washington.
...de continuar, "continuum" by Jaco....to be or not...

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