Time and a Word (Expanded & Remastered)
10....después llegaron Las Carolas, una de Pictoria y otra de Oniria, una con cara de pixel y la otra con fulgor de onix, tan ambiguas y paralaterales como sus posturas levitantes, ninguna de las dos en pose de divinidad, pero sí, defendiendo todo cuanto se podían haber mentido de sí mismas: exultantes, desposeídas, retraídas, asfixiadas en sí mismas, intoxicadas de sí mismas, ancas de rana, lomos de conejo, pechugas de pato, de carnes podridas, de sales lejanas, de visiones turbias, de noche y también de madrugada, sórdidas, intentando dar la sensación de ser ambas entendidas en los misterios de lo inimaginable...
14....Corrientes, casi x 9 de Julio/segundo piso fumador/un cyber solitario/terminal nùmero 13/suenan/los altoparlantes/The Rolling Stones/reversionados por sí mismos/: Street Fighting Man/Hey! Said my name is called disturbance/I'll shout and scream, I'll kill the king, I'll rail at all his servants/Well, what can a poor boy do Except to sing for a rock 'n' roll band/ 'Cause in sleepy London town/There's no place for a street fighting man/No Get down....postales...
17... acaso la unica canciòn que realmente zafa del disco..lo otro ya lo habìa hecho con Coleman en Fricciòn hace ratos...de hecho las guitarras se deben a Coleman...Coleman estaba en la banquina, Cerati se avergonzò del glamour...o sea, en la intencionalidad de Cerati, - una intencionalidad muda -... ver un video con el volumen en off... queda esa mentira estética, la remembranza...relamerse "las vidas pasadas"... un gran acierto el tìtulo...¡Crimen!
El sacrificio religioso de una hija por el padre en el altar del matrimonio, un delirio económico frente a las catástrofes del mercado cuando ¡una persona cree ser una moneda!, la anorexia como huelga de hambre, y la psicología como procedimiento policial.
¿Y porqué Lacan entre el arte y la ideología? La neurosis transforma los conflictos sociales en algo secreto y personal.
Si para Freud la obsesión es una religión personal, y las ficciones de la histeria configuran un arte; si para Lacan la letra surge del vínculo social y hay un psicoanálisis que muestra el reverso de la vida contemporánea, entonces leer esa escritura inconsciente es también leer las respuestas que los síntomas han producido a lo más candente del vínculo social.
Se propone el psicoanálisis como un arte de la lectura, y se presentan fragmentos de escritura leídos en la palabra del paciente. El autor expone con detalle cómo la escritura inconsciente utiliza recursos musicales, lo presenta al modo de partituras inconscientes, y lo fundamenta en los textos sobre música y lenguaje, de Lacan, A. Didier-Weil, Lévi-Strauss y Gadamer, entre otros.
El libro tiene un subtítulo, el nudo de la letra, la música y la voz. ¿Cómo presenta el anudamiento? La música del lenguaje recubre ese objeto a llamado la voz. Vinculada al silencio, la voz del superyó conduce al hombre como un sonámbulo. El inconsciente es la hipótesis de que no sólo se sueña cuando se duerme, y como dormimos en los discursos sociales, es aquí que se cruza la cuestión de la ideología.
No es casualidad que retome los trabajos de Žižek, un pensador lacaniano de la ideología, sobre la voz. Sostiene Garrofe que la música del lenguaje y la voz silenciosa se recubren como el concierto ideológico althusseriano y lo secreto de la acción del político. Tal como en un lugar público la música hace de cortina sonora, para que no se escuchen las conversaciones privadas.
Lo primero, entonces, es entender que cuando el lenguaje cobra valor de música, algo se calla. Pero hay dos formas del silencio. Una es la voz, que conduce al hombre y que es áfona, pues, como señaló Freud, al masoquismo lo deducimos de los actos: transcurre en silencio. La otra es la letra, que es muda y no se escucha, se lee en la superficie de lo que se dice.
Hacer el pasaje de la escritura muda del síntoma a la escritura hablante equivale a pasar de la voz áfona a la voz del deseo allí donde el inconsciente es la voz de nadie, y el sujeto se capta determinado por letras del vínculo social. Entre los dos extremos de la voz sonorizada de la psicosis y la voz baja de la razón y del deseo, el analista lee en la palabra y encuentra, como lo hace el poema, el tono de la letra.
Palabras que hieren
Pedro Muerza
La potencia de provocar dolor, de enfermar, de matar, de curar, es inherente a la palabra.
Vivimos en la civilización del odio.
“Ésta es nuestra época: las guerras lejanas, la realidad construida con los medios de comunicación, los piercings (lo que se clava en el cuerpo para tener algo), el libro que no se lee, la acumulación, el individualismo a ultranza (el rechazo de lo colectivo), la inseguridad, la violencia... Tomamos posición frente a ello o simplemente se infiltra en nuestras vidas. Somos objetos sacudidos por la civilización del odio”.1
Odio lejano que no tomamos en cuenta más que en momentos puntuales y odio cercano en sus diversas formas de violencia contra el semejante: maltrato, amenazas, persecución, fenómenos de nueva aparición: mobbing2, buylling3 ...judicialización de la vida cotidiana, desaparición del respeto y de la distancia simbólica.
En todos estos fenómenos se puede decir que prima el silencio aunque se digan muchas cosas, aunque se digan barbaridades. Distintas maneras de hablar sin hablar, de hablar sin decir nada, muy presentes en la vida cotidiana.
Entre los efectos de odio presentes en la vida cotidiana están el insulto y las amenazas. No a todas las palabras se las lleva el viento, algunas palabras nos dejan huella, tienen capacidad de marca, las palabras tienen poder, qué duda cabe.
Todos entendemos que se pueden lanzar palabras como pedradas. Cuando dos se insultan, se agreden verbalmente y se puede entender que aunque no se hablan tampoco se matan, al menos aparentemente.
Sin embargo, las palabras pueden doler tanto como una herida producida por una piedra y así el efecto de un insulto racista como agresión verbal es equivalente a “recibir una bofetada en la cara. La herida es instantánea (...)
Palabras que hieren, que humillan, que duelen, capacidad de marca de las palabras que alternativamente pueden amenazar y preservar al cuerpo.
Cuando Lacan habla de la injuria y el insulto plantea que el sujeto se constituye en la injuria, por efecto de la introducción del significante; se trata de una injuria estructural, de una violencia inaugural. Lo lee en Freud: cuando el Hombre de las ratas era un niño, en un acceso de rabia, le contesta a su padre: “Tú lámpara, tú servilleta, tú plato”... ¿qué más? Es una metáfora radical. Ahí su padre duda si este niño va a ser un genio, -un poeta sin duda- o un gran criminal.7
Lacan va estar de acuerdo en que es en la dimensión de la injuria donde se origina la metáfora y es así que cuando el niño dice, que ya es decir, “el gato hace guau” y “el perro hace miau”, en ese acto, de golpe, ha escindido la palabra y la cosa, ha aprehendido que la palabra y la cosa no son lo mismo, que una palabra puede pasar de cosa en cosa, funda una estructura topológica.
Hay, por tanto, una génesis de la violencia que proviene, que está fundada en el significante, en el acto de aprehender la estructura significante –la estructura de ruptura de la cosa con la palabra–, aprehende que es un acto de violencia, sufre ese acto de desgarramiento, la aprehensión del lenguaje le lleva a un primer saber de la violencia y por tanto de la maldad, violencia y maldad ahí se hacen par. Esto, sin duda, plantea problemas que Lacan va a seguir desarrollando más tarde.
El sujeto queda aherrojado, aprisionado en la injuria; la injuria es el único modo que tiene el sujeto de sujetarse, de agarrarse del lugar y así la injuria aparece como la envoltura que sustenta la imaginarización del sujeto.
La manera que tiene el sujeto de hacerse un lugar es la injuria que reactiva el Uno, lo retorna, identifica el sujeto con el yo; por eso de muchos recuerdos se recuerda la parte que tiene de injuria o nos quejamos que no es lo que se nos dijo sino el modo cómo se hizo, es decir que los modos borran la palabra. Por eso el sujeto tiene capacidad de marca más que capacidad de memoria, el sujeto se sorprende y olvida.
De la injuria de la metáfora, de ella, “procede la injusticia gratuita hecha a todo sujeto con un atributo mediante el que otro sujeto es animado a atacarlo”.
Lacan nos recuerda que el ser procede del lenguaje, de lo simbólico pero de diferentes maneras; el amor inventa el ser, y el odio lo petrifica produciendo silencio.
Hoy día se intenta que el lenguaje sea código, que sea solamente instrumento de comunicación, que no sea un pase a la diferencia y a la alteridad.
Notas:1.- Slimobich, José L.; Cruz, Francisco; Duro Lombardo, Manuel; Levy, Bernard; (coords.). Lacan: amor y deseo en la civilización del odio. Editorial Universidad de Granada, 2004. Página 19.2.- Acoso psicológico en el trabajo.3.- Acoso entre estudiantes.4.- Matsuda, Mari y otros. Words that wound: critical race theory, assaultive speech and the first amendment. Westview Press, 1993.5.- Morrison, Toni. Conferencia pronunciada al recibir el Premio Nobel de Literatura, 1993.6.- Frankl, Vicktor E. El hombre en busca del sentido último. Editorial Paidós, 1999.7.- Lacan, Jacques. La metáfora del sujeto. Escritos 2. Editorial Siglo XXI, 1987, pág 869.8.- Lacan, Jacques. De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis. Escritos 2. Editorial Siglo XXI, 2002.9.- Lacan, Jacques. El Seminario, Libro 3: Las psicosis. Editorial Paidós, 1995.
“Te obligan a la excentricidad”
¿Se considera el último escritor excéntrico de la literatura argentina o, acaso, el último maldito?
–Si fuese un escritor británico, te diría que de ninguna manera soy maldito, pero sí soy excéntrico. En el siglo XIX, en Inglaterra, los ingleses eran los reyes de los clubes exclusivos. Había un tipo riquísimo que iba todos los días a un club y los camareros ya sabían lo que le tenían que traer, sin necesidad de que él lo pidiera. Durante 28 años, hasta su muerte, el camarero le traía medio kilo de su helado favorito, el tipo se sacaba los zapatos y se metía un cuarto kilo en cada zapato, se calzaba y se iba caminado. Ese hombre no era loco, era un excéntrico, como yo.–
¿Qué lo hace ser un excéntrico?
–El excéntrico siempre provoca, pero no es su deseo provocar. Tiene una manera rara de ver el mundo, que puede ser confundida, por momentos, con la cosa maldita o la locura. Si no fuera así, no hubiese escrito Los Sorias, en donde planteo un punto de vista del mundo diferente, y eso es una excentricidad. Un poco te obligan a la excentricidad: soy underground sin querer serlo.
- En los tiempos que corren, ya ni siquiera se trata de defender riqueza patrimonial, mucho menos hablar de soberanìa, misma que desde cualquier marco conceptual o clasificatorio, es inaplicable al caso catracho, se trata de llamar la atención sobre lo urgente , urgencias relacionadas con las variables que Ud. enumera: "destrucción ambiental (¿?), enfermedad, pobreza y muerte".
- Por favor, no interprete este gesto, como el del nacionalista quimèrico a ultranza, que desde un plano comoditicio se ampara en cualquier consigna.
- Los otrora pendones y banderas ideològicas, hoy trapos raìdos y harto asquerosos, solo valen como elemento del marketing promocional partidista, - polìtica: un macrochiste de pèsimo gusto en Catrachiland -,vuelvo y me repito, es un tema de desaciertos en lo bàsico, lo humanitario, nada que decir de dignidades, otra conceptualizaciòn desplazada hace mucho de cualquier forma, noble o caduca, folclòrica o futbolera, de catrachismo.
- Ya viene dando un poco lo mismo, quienes lucran o no, como patrocinadores de concesiones apartadas del màs mìnimo marco regulatorio pensable, aquel al menos garante de la preservaciòn de los hàbitats naturales - flora y fauna (humana incluìda) - plausibles de ser afectados, ya viene dando un poco lo mismo, sì estospatrocinadores pueden ser tildados de "vendepatrias", y demos pordescontado que cualquier otra apelaciòn al orden de sus irresponsables procederes les ofenda, o al menos les desagrade. Esta visto que no hay instancia posible, ni siquiera imaginable, para que en Catrachiland, germine la idea de un compromiso comunitario: en nuestro reino del oportunismo a ultranza, priman los intereses primates, de los orangutanes de siempre: esos horripilantes gorilas,ni tan grandes, pero tan astutos e insaciables, como para quitarle lavida a cualquier congènere, de su misma especie, o ajena, por lacàscara de un guineo.
- ¿Nacionalizar la minerìa?, pregùntele a Don Evo, le garantizo que no es un tema de padrinazgo chavista, ni siquiera de restituciones, es un tema, exclusivamente ECONÒMICO, entonces, màs bien habrà que preguntarse: ¿En què porcentaje afectan a los réditos previstos por los inversionistas, los dineros a destinar para lacompra de decisiones legislativas?, una naderìa, una naderìa, mi Señor...¿la mitad de la cascara de un guineo?...si es que!!!
Esta tarde Clara no pudo más, a la manera en que la gente no puede más y debe ponerse irremediablemente a llorar sin continencia, con resignada premeditación.
Su rostro, las facciones deslavadas por el llanto, su mirada del patetismo iconográfico más sufriente.
Y ¿qué se suponía que hiciera yo ante semejante despliegue de tristeza?, ¿abrazarle calladamente?, ¿ofrecerle un vaso con agua?, simplemente nada, volverme sobre mis pasos, y salir lo más pronto de allí sin decir nada.
Sabia de otras veces, que cuando a Clara le apetecía llorar, no había mejor forma de mostrarse solidario, que dejándola sola, y saber calcular bien, para arremeter al escampado.
Ya se le pasaría, le tomaría el tiempo justo que a mí me tomaría tramar otro atraco, urdir otro asesinato, o simplemente rumiar insólitas disquisiciones relacionadas con la conciencia de la culpa y el sentido del fracaso - dos vértices del mismo poliedro -.
Y se le pasaría sin más, como se pasan las borracheras, como pasan los aviones en primer plano sobre el segundo plano del tupido velo de un cielo nublado.
Y es que cuando alguien parece estar como estaba Clara esta tarde, acongojada hasta los cojones, tan acojonada por la idea de no saberse lo suficiente heroína para saberse suicida y darle un sablazo certero a la puta vida de una vez y por siempre, mejor no decir nada, mejor no hacer nada, mejor no interceder en absoluto, y dejar que el ritual cósmico devenga en desventura o repacte para postergaciones, siempre insensatas.
Me marché entonces, a enumerar todos los simbolismos que podían tener los asteriscos, y me fui quedando dormido, abrazando la botella de pisco a medio terminar, como si abrazara a Clara, e imaginando un enorme asterisco custodiado por dos paréntesis-nido a la manera de un llamado para una nota aclaratoria.
Desperté sin el asterisco y yo mismo, sintiéndome abrazado por los paréntesis, que no eran más que los brazos de Clara, abrazándome a la manera en que se abraza a un desvalido, o a la manera en que se abraza a un criminal, o mejor: a la manera en que solo Clara podría haberme abrazado esa tarde.
Clara,
1. Los misterios funcionan solo como acontecimientos indescifrables en las mentes de cada uno, algo así como todos esos pensamientos que uno sospecha o intuye que son inmasticables racionalmente, y por lo tanto no son objetos de deglución, y su condición de indigeribilidad los hace imposibles tanto como nutrientes o como desechos. Y luego, la medida de lo engullible es la de cada cual, otra cosa es que muchas veces uno solo traga, por malcriadeza o por simple descuido, y bueno, hay un riesgo de intoxicación en todo esto, los jugos gástricos no son capaces de lidiar químicamente con el bolo sensacional que hay detrás de esos pensamientos, se escurre a un lado, y la cosa decanta directamente hacia los intestinos, es allí cuando comienzan los cólicos y no hay otra forma de sacudirse los dolores que con una lavativa.
2. Los misterios dicen relación con el nivel de certezas, las certezas con los niveles de resguardo que cada uno construye, para defenderse de los exabruptos de un devenir no administrable, y más vale, emprender un sistema de clasificaciones de lo misterioso, un nivel al margen del sistema clasificatorio de lo racional, ese nivel de clasificaciones ciertas, el nivel de la lógica matemática, si A entonces B, C es color "naranja", si tu no estas, sueño con tu desnudez, y si sigues ausente, despierto pensando en tu desnudez, y la sensación de tu desnudez me acompaña por el resto del día, hasta otra noche o y otro sueño con tu desnudez, pero en un nivel de incerteza menos angustiante, y así vamos intrapolados de sensaciones de incerteza hasta provocarlas certezas absolutas, que son nefastas para cuando las desnudeces se tangibilizan, se vuelven desnudeces con nutrientes secretivos, que también valen para intoxicarse o para nutrirse, a según del ph de las secreciones de las desnudeces, por supuesto.
3. Dulces sueños, àcidas incertezas, amargas somnolencias, saladas muertes, el mar està picado.
2 Comments:
Joe:
te agradezco los comentarios vertidos en el Blog del Homenaje a Spinetta y en el Blog de Tribemol.
No entendí muy bien lo que me quisiste decir sobre el formato y además, ingresé en la web de Javier Barría, pero solo escuché una melodía (muy Spinetteana por cierto) pero instrumental. Si pudieses mandarme algo de su música...
Mandame un comentario con un mail, y te escribo. Abrazos.
chaaaaaaaaaaaaa el medio texto
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