Postal Post Mortem / Postal Porteña: ppm@...
Un destello de dulzura, un rictus, leve y fuerte a la vez, de seduccion.
Roxy se sabe intuir amada, lo siente por sobre si misma, de frente y por los costados, un racimo de palabras que quieren ser un torbellino, un tifon o un huracan, la merodean, por sobre todo un soplo de viento tibio que le besa el cuello y se le cuela por la espalda, le recorre el espinazo de pescadita golosa para terminar posandose en el vertice exacto que equilibra su postura imponente e insolente de hembra arquetipica.
Yo, mascullando palabras como burbujas de jabon que quiren ser globos aerostaticos, elucubrando desde mis imposibilidades verbales, sobre los misterios del amor disfrazados de sutileza, recomponiendo historias como castillos embrujados detras de la bruma.
Roxy, imposiblemente altiva, sabiendose encontrada, descubierta entre las malezas del huerto de las promesas, Roxy, inminente, tan cercana, tan certera en su luz y desde su luz brillando enceguecedoramente hasta el rincon mas inhospito de mis palpitos, yo, hablando insuficientes sugerencias, perpetrando dichos entre dichos a destajo, tan coherentes, tan ordenadamente pensados, y ni asi, hasta el discurso mejor articulado de entre los posibles discursos vitales, diluyendose en Roxy, difuminandose en su corporeidad traslucida.
Roxy, y mi mirada absorta, el dolor en los ojos irradiados, el dolor en las sienes apretadas, el dolor en el pecho constreñido, frente a Roxy raiz, Roxy tallo, Roxy pètalo, Roxy germen volatil, mi organismo se desmetaboliza hasta volverse volatil como el poema màs escaldado.
No la toco, no la beso, apenas un roce casual, casi accidental, solo pienso, en Roxy y su cuerpo, en Roxy y nuestro cuerpos, y mis pensamientos tropiezan cuando empiezan a pensar en mis manos torpes, temblorosas, anhelando el simulacro de una caricia cualquiera.
Roxy y su cuerpo levitando como una flor de loto que inmoviliza las aguas del arroyo, y se deja acariciar por la llovizna nocturna de mis besos posibles e imposibles, besos como gotas perpendiculares, besos que son susurros indiscretos, besos incipientes, besos transfugas, besos rabiosos pero tenues, besos sugerentes, besos que quieren ser lenguetazos de pronto, besos anhelantes, presumiblemente humedos pero empapados de deseo, besos que besan el cuello de Roxy, besos que a la vez la huelen, besos que no solo se dan con la boca, besos que no solo besan y acarician y recorren poro a poro esa multiplicidad articulada de espacios virgenes en el cuello de Roxy, detras de las orejas de Roxy, besos que suenan a besos que suspiran estruendosos en el timpano de Roxy, besos circulares, besos que besan los hombros de Roxy y a medida que van besando redefinen a besos el velamen mas alto de ese navio que sabe ser Roxy, besos indiscretos y perdidos, confundidos, que no saben si besar popa o besar proa, besos que no se atreven a resbalar de frente ni por detras, besos insensatos, besos que la tienden de espaldas suavemente, y la van haciendo besos con besos temerarios, besos indiscretos, besos que se escurren entre medio de sus pechos y se quedan atrapados en un punto exacto donde se calcinan los labios, besos ardientes, besos que besan incitados, sobornados, perturbando las protuberancias imbesables de los nutrientes glandulares que se hierguen sintiendose inmisericordemente besados, besos que succionan, besos como besos para amanatarse, besos en los pistilos erectiles de una planta carnivora, besos como besos entredientes de incisivos que se trizan cuando besan la dureza del granito de las estalactitas que se vuelven sus pezones rendidos al placer de ser besados.
Besos que se van por el zumidero que es el vientre de Roxy, en vueltas elipticas y epicentricas y estallan en un solo beso dentro de su ombligo y alli se vuelven una sentencia y una exhalacion final.
Besos al reves, besos que tienden boca abajo el cuerpo de Roxy, besos que la maniatan por ella misma, besos que la hacen aferrarse con fuerza a si misma, besos que sospecha con los ojos cerrados desde que le van besando el pelo, el vertice de cada clavicula, de uno a uno y simetricamente los antebrazos, besos caprichosos que le besan los codos, que inhalan como besos olfativos el aroma de su torso, besos instigadores, besos de una lengua que predica sorda en la inmensidad territorial de la espalda de Roxy, besos en vaiven, que suben y bajan, besos bizcos, besos oblicuos, besos impertinentes que besan timidamente pero aplicados en cada protuberancia glutea, besos como mordiscos, besos abstinentes que no ceden a la tentacion de besar el centro cosmico de la constelacion corporal de Roxy.
Besos que ya no besan a Roxy ni de frente ni por detras, que ahora la besan ingràvida, que besan el cuerpo en suspensiòn de Roxy, que besan en todos lados, que besan como torneando cada muslo, besos orfebres en las pantorrillas de Roxy, besos arqueologicos en los tobillos de Roxy, besos exhaustos ya.
Besos que se detienen a respirar en los pies de Roxy, que le besan una a una cada planta del piè como besando sus pasos, que meticulosamente van besando la cuticula, y los rastros dactilares de cada dedo como perla de los pies de Ingrid, besos que se tragan uno a uno y en desorden esos deditos constreñidos de pasion que son los deditos de Roxy tratando de aferrarse a algo, como tambien los dedos de las manos, y solo alcanzan a manotear y patear el vacio inocuo de la tormenta de lujuria que desatan por fin esos besos que la besan y la quieren seguir besando hasta extinguirse en una infinidad de besos.
Besos como el beso kamikaze que artero y suicida se clava certero entre los pliegues acuosos y embadurnados de delirio del fruto de Roxy, un beso cosquilloso que pulula delicadamente por los interticios melcochosos de la "guindilla ardiente" de Roxy, un solo beso que se va asfixiando en un tintilineo de succiones delicadas en la cupula de la catedral que es Roxy alli mismo, donde besarla es adictivo, donde besarla es obligado, donde besarla es ley.
Y alli, donde Roxy sabe, gustosamente dejarse besar, recien me empiezo a morir de ganas de terminar de besarla para empezar a besarla de nuevo, otra vez, todos los besos, uno a uno, beso a beso.
Yo, perversiòn, Roxy morocha, yo, ufano, Roxy y su padre ausente y su hermano en el Borda, y sus hijos, uno con fiebre, otro casi mudo, Roxy y yo, tomando cafè y comiendo facturas en las mesas de la vereda del Iberia de Av. de Mayo, una, dos, tres tardes, ambos, esa noche tan noche en la habitaciòn 45 del Sportsman, desmembrados el uno con el otro en Rivadavia al 1,245.
Yo, perdiendo peso en remises, en bondis, en el subte, e inevitablemente desvaneciendome en fasos al viento en platea alta Belgrano del Monumental de River, y desmintiendo a La Policia: YES!, I can, I can stand loosing you!, I can stand loosing her!, I sure can stand loosing Postal Post Mortem!, ppm et nada! (guiño a Miguel Abuelo), porque hace tiempo ya, a pesar de seguir oyendo voces, ¡Ey Doctor!, ya no me movìa a escribirle NADA, et nada.
Yo-yo, pa' Roxy sin ataduras y sin atados, sin fatìdicas promesas, sin rumbos, sin ambages, al desparpajo, sin congojas, sin llantos como ventiscas, solo por esa noche, cuando esa noche fuè hoy, Just for Today.
Buenos Aires, Cap. Fed., Diciembre ya, del 2,007.
ps. Gracias totales a Tito, por su reapariciòn en Viva Tattoo, en Ecuador 992, por la Tattoo Teraphy, por el Pez en la siniestra y el Spinetta en la diestra, siempre....
ps. II. Gracias a Axel Kryeger y a Martìn Buscaglia en La Trastienda.
ps. III, gracias a la muchachada en los cuartos del Club de Sarandì y de Bolivar y muy especialmente a "Ser", por los alfajores, las barritas de cereal y los botellines de agua citrus y pomelo para la ruta porteña humedìsima de los tentempiès (y tambien a los Jockey Suaves largos, cajetilla blanda, por la fumarola y por no dejar el after taste pastoso de los Marlboro Light, cajetilla dura).
ps. IV, gracias por la intermitente y perdurable hospitalidad a Ariel (de noche), y a Patricia (de Misiones) todo el tiempo @ HOTEL SPORTSMANAv. Rivadavia 1425 “CP(1033)”Tel: 4381-8021 – Capital - Argentina.e-mail:sportsman@mixmail.comweb site: http://www.hotelsportsman.com.ar/
ps. V, gracias a Dario Krausse por el exprimido de pomelo y la conversa de mañana dominguera en Recoleta, y por la inducciòn a la "paga en negro", pero sobre todo, por la amistad, señera, de años!!!
Postal Post Mortem / Postal Porteña: ppm@...
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