Craziness beyond frontiers

Tuesday, February 27, 2007

Uno + Uno + Uno son...fractales!!!



"....lo evidente en sì mismo està siempre distorsionado,
mis visceras por la distorsiòn evidenciada..."

Zè Bartlett - "mi rompecabezas de ti "- in/edit-.





ONE. Carlos Mundaca es un tipazo: marido fiel, contratante de seguros de vida de gran cuantìa y contratante de criptas y mausoleos en cementerios de alcurnia para su conyuge, padres, hermanos y su ùnico primo. Padre abnegado, oportuno pagador de sus impuestos, creyente fervoroso y dominical practicante de la doctrina Xtiana, donante de sangre seis veces y potencial donante de vìsceras, incluìdo el iris del ojo izquierdo y tejido glùteo en caso de quemaduras de tercer grado,- Mundaca, por supuesto, tambièn es bombero voluntario y back central del equipo de futbol de su barrio-.

Sì, Mundaca, a vista y paciencia, no es otra cosa diferente a "un tipazo", no se sabe sì tambièn golpea a su mujer, sì el mismo es masoca, o chupa medias en el trabajo, ¿acaso importa?


La performancia sexual de Azul habìa alcanzado el punto àlgido del patetismo.

Al comienzo el imaginario eròtico abonò lo suficiente para una convicciòn en el orden unipersonal, pero "nada de nada" en el orden del placer compartido, a medida que los escarceos fueron siendo cada vez màs el pan propio (y no nuestro), de cada noche.

ONE. Montse es gorda. Sin exagerar, gordìsima por donde se la vea: durmiendo, aùn bajo gruesas sàbanas, las dimensiones del bulto que es Montse dormida acusan las desproporciones de su cuerpo descomunal, como el huevo del embriòn de un planeta o el forùnculo infecto de una bacteria cutànea - rabiosìsima y letal-.

La sola presencia facial de Montse angustia al punto de la suspensiòn de los ciclos vitales: una noche permanente de Luna Llena. Nada màs aterrador que Montse para sus amigos y familiares, gente que "vive en la esperanza", aùn cuando el dìa de mañana nada tenga que ver con el estallido de un huevo o la erupciòn cebacea de un quiste.

Ok, Montse es una vaca nodriza, o una ballena preñada, no se sabe sì es una buena chica, ¿acaso importa?

Y es que la vulva de Ocre, o el Puto-Ganglio que es ese campanario en la cornisa de la vulva de Ocre solo empezaba a osgarmear, luego que Azul, orgasmeaba antes. A Ocre le subìan recièn las ganas, lo que son propiamente las ganas, cuando sentìa derramarse dentro de sì el chorro làcteo de Azul.

Previo al lechazo, todo no era màs, o menos, que un simple franeleo intravaginal. La respuesta postorgasmica natural de Azul, por supuesto, era la misma que la de sus matices congèneres: un suave desvanecimiento evidenciado en el ablandamiento de la hinchazòn previa en la cabeza y la corteza cilìndrica de la verga.


ONE. Marisol y Alfonso son amantes. El marido de Marisol es un tarado, pero ademàs de tarado padece eyaculaciòn precoz y es adicto a las apuestas, un ludòpata cualquiera.

La mujer de Alfonso es enfermera, matrona màs precisamente, y ese olor confuso entre fetal y menstrual, inherente a sus afanes diarios, a Alfonso le provoca màs miedo que asco, y por tanto, le excita al punto de la supremacìa erectil de un dios.

Marisol y Alfonso suelen juntarse a follar cada Miercoles por la tarde, o en el asiento trasero del radio-taxi de Alfonso, estacionados en la ruta de acceso a un viñedo, o en los cuartos 33, 21 o 14 de un aguantadero para familiares de pacientes en estado crìtico, que tambièn funciona como albergue transitorio, a un costado del hospital.

Marisol y Alfonso,despuès de follar, nunca antes, intentan llenar un crucigrama, ¿acaso importa?
Que Ocre se viniera con la verga/chicle de Azul, era entonces, las màs de las veces, a parte de un esfuerzo tan azulino como titànico , una empresa improbable. Azul al principio se disciplinò en disimular, pero luego, y muy pronto, no pudo dejar de evidenciar, a parte de ablandamiento, muchìsima pena.

Azul, afanoso en mostrarse un amante de criterio amplio y un amante comprometido, optò entonces, posterior a cada monorgasmia, por reptar raudo a la cornisa del campanario de Ocre como lagartija sediciosa, y ya allì, lenguetear, lenguetear, lenguetear y lenguetear en "punto cruz''.


ONE. Andy y Fredy son fanàticos de La Magnolia, un grupete de blues rock de La Serena, un power trio recièn avecindado en Santiago.

Andy sabe tocar la guitarra, Fredy escribe letras para canciones, Andy nunca tocò la guitarra para Fredy, y este nunca le dijo al otro que sacrificaba horas de sueño completando ya su octavo cuaderno con letras para potenciales hits radiales.

Andy y Fredy no habìan sido compañeros desde la primaria, ni siquiera vivìan en la misma Comuna, o en Comunas aledañas; se conocieron en el Club de Jazz de Coquimbo, una noche en el invierno del '03, en una jam session de los Hermanos Cuturrufo.

Fredy sospechaba de Andy, Andy sospechaba de sì mismo, y tambièn de Fredy, y de cualquier otra persona, incluso de su madre.

Andy y Fredy no son jòvenes, no son adultos, no son viejos propiamente tales, ¿acaso importa?


Azul, algunas veces, logrò que Ocre se estremeciera al punto de gritar groserìas, y otras muchas, solo al punto de lograr apenas que Ocre se retorciera un poco y gimiera como gatita de caricatura - antigatubela -.


Azul, nunca tuvo certeza de que Ocre se orgasmeara de verdad, y la verdad, tampoco quiso tenerla, por pudor o por miedo. Nunca, ni siquiera oblicuamente, preguntò a Ocre, y menos tratò de insinuarle algo, que era lo mismo que evidenciar una infortunada sospecha. Sospecha, a la vez presagio, y presagio a la vez desgracia inminente.

ONE. Abelarda tiene fama de ninfòmana entre sus compañeras de colegio . Abe, es cierto, lleva un vibrador modelo "Ricky Martin" en la mochila y se dice que es la ùnica del curso que usa tampax y no compresas ultra absorventes y con alitas.


El padre de Abe es jubilado de la policìa de trànsito, la madre de Abe fuè campeona olìmpica de triatlòn. Abe, se supone a sì misma hija ùnica, pero gusta de pensar que tiene hermanastras bastardas.


Abe lo ha tenido todo, de pequeñita vacaciones en Disneyworld y ya de adolescente, vacaciones en el Caribe y Filipinas. Ultimamente Abelarda no duerme bien, despierta transpirada entera a mitad de la noche, y en lugar de visitar sus porn sites favoritos de la web, sube a la buhardilla de los cachureos para acariciar el fierro frìo del revolver de servicio de su padre, y hasta se ha atrevido a acomodarse el caño sobre el pubis y muy cerca de la embocadura de su coño.

Los padres de Abe, a diferencia de los padres de Camilita - Abe's soulmate -, no estiman pertinente hacer asistir a la niña al psicoanalista, aunque la madre de Abe, desde recièn entrada la menopausia, y despuès de la segunda liposucciòn, solo duerme barbitùricos mediante, ¿acaso importa?

La vida sexual de Azul empezò a alcanzar el punto àlgido del patetismo, una tarde de Sàbado en que Ocre le dijo que preferìa que se mastubara sobre su guatita a que se "la" metiera de lleno, y que no le importaba sentirse postergada, o postergarse, porque lo que realmente le hacìa feliz era que la verga de Azul escurriera la lechosidad de sus ganas, en su presencia - o muy cerca de ella, ¿cual era la diferencia? -.

ONE. El Còndor supo ser un buen hombre, hoy misteriosamente solo un buen hombre venido a menos. Es camionero con carnè de conducir clase pesada y con patente, ambas en regla, pero a veces compra cocaìna boliviana en una caleta de pescadores cercana a la zona franca de Iquique. Al principio para espolvolearla y sacarle unos pesos de màs entre los habituès de las pensiones de paso en su vuelta del Norte Grande, pero ahora ùltimo, como parte de la provisiòn del mes para su mujer Sonia.

Dos semanas se demora El Còndor en subir y bajar del Norte Grande y aunque Sonia nunca supo ser paciente, sonrìe todo el tiempo que el Zope y la coca demoran en llegar, y reclama y llora y patalea durante los dos fines de semana al mes en los que comparten su lecho con el Zope.

Ya no follan, pasan las noches en vela, ella viendo realities en la tele, y El Còndor pensando en inmensas dunas en el desierto, dunas enormes y tan blancas que a veces parecen montìculos abandonados de cocaìna, ¿acaso importa?

Azul hoy, no se admite a si mismo, no se piensa, no se siente, no se logra, no se alcanza, no se pierde, no se entiende, masturbandose muy cerca de Ocre, por rabia ya, màs que por pena.

ONE. Javier e Ignacio dicen estar enamorados, arrendaron un Loft en el Barrio Alto para mudarse juntos. A la convivencia, Javier aportò, ademàs de paseos en motocicleta por la ciudad, un cultivo domiciliario de marihuana.

Ignacio, por su parte, aportò monòlogos interminables sobre puestas en escena imposibles para una obra de teatro itinerante.

Los domingos por la tarde leen juntos una ediciòn ilustrada del "kama sutra gay", aunque nunca la ponen en pràctica, primero, porque cada vez que Javier e Ignacio se meten manos y penes, y a medida que sus esfìnteres anales resienten del roce - a pesar de las vaselinas y los unguentos lubricantes -, Javier siempre estaba "fumao". Para gusto de Ignacio, el efecto alucinògeno de la cannabis despotencia y desvirtùa el efecto amatorio de las caricias, y los arrumacos y los lenguetazos y las perversiones.

Por su parte Javier, sì bien se deja hacer, siempre que se deja piensa en albumes de cromos de su infancia y piensa en su padre que es como pensar en una vagòn del metro repleto de poetas con labios leporinos, todos recitando poemas polìticos de Neruda al unìsono, ¿acaso importa?

Azul, hoy, espera a que Ocre duerma, y discretamente entra al cuarto de baño, a pensarse follando con Rosa, y forzando al màximo la pnemo-nautica del recuerdo del culo, las tetas, e incluso el olor de la transpiraciòn de Rosa.

Y mientras Azul suavemente se manosea - azulea -, la corteza y la cabeza hinchada de la verga, recuperando el tiempo ìdo en aquellas otredades - rosedades- , se muerde la lengua, - inùtil para lamer, inùtil para gritar- , y de pronto se sorprende azulino en el espejo empañado:
con una mirada, no de lasciva, no de desidia, ¡no!, simplemente: con una mirada mediterrànea.

ONE. Aunque Renata no era màs que otra feladora fortuita de la esquina de Pìo X con Los Leones, llegò a convertirse, primero en la favorita de Don Rodrigo, y ahora ùltimo en la nana puertas adentro de la casa de Don Rodrigo y Doña Esther.

El ùnico y principal cometido de Renata es velar por la irrestricta satisfacciòn de los caprichos de Rodriguito.


R. Jr. - o erre jota erre -, a sus apenas 3.63 añitos, no pide otra cosa que le dejen jugar con Godzillas de poliuretano y Mazzingers Z "a pilas", tambièn pide papillas por cierto y que lo dejen ver las aventuras de Barney - un Godzuki psicodèlico -.

"Rjr" ya avisa, y se sienta solito en el inodoro, y por razones mezquinas a cualquier anàlisis deconstructivo, o simplemente por razones hereditarias, se rìe muchìsimo cuando Renata le revisa los calzoncillos para verificar, por si acaso, que no se haya hecho caquita. Importa, de todas maneras, ¡vaya si importa!: Junior està autocifrado a ser un "niño olvidadizo".